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Valoración de la situación del Mar Menor – 24 mayo de 2018

El Mar Menor mantiene una dinámica estacional normal, con tendencia a estabilizarse. 

 

Angel Pérez‐Ruzafa

Departamento de Ecología e Hidrología

Universidad de Murcia

El Mar Menor mantiene una dinámica estacional normal, con tendencia a estabilizarse. La evolución del Mar Menor durante el otoño de 2017 e invierno y primavera de 2018 muestra una tendencia semejante a la del mismo periodo del año anterior, pero sin el receso provocado por las lluvias torrenciales que tuvieron lugar en diciembre de 2016 y enero de 2017. Esto hace que se hayan recuperado los niveles normales de salinidad, aunque han bajado ligeramente en las últimas semanas, mientras que la temperatura es prácticamente la misma que el año pasado por estas fechas.

 

 

Figura 1. Evolución de los valores medios de la salinidad y temperatura en el Mar Menor en la red de 26 estaciones de muestreo distribuidas en el interior de la laguna.

Los valores medios de concentración de oxígeno se mantienen en niveles de saturación a pesar de  que la concentración de clorofila es más baja, lo que implica que, aparte del efecto de los fuertes

vientos que está habiendo, también ha disminuido probablemente la demanda por respiración y que puede haber aportes netos desde el fondo por la producción primaria bentónica.

 

Figura 2. Evolución de los valores medios de concentración y saturación de oxígeno disuelto en el agua y clorofila a en el Mar Menor en la red de estaciones de muestreo distribuidas en el interior de la laguna.

Los nutrientes, incluidos el amonio y el silicato se mantienen bajos, al igual que la concentración de clorofila. La relación entre clorofila y nutrientes sugiere que durante el otoño el crecimiento fitoplanctónico se basó en el amonio y que una vez consumido este, si no se producen nuevas entradas, la concentración de clorofila podría mantenerse baja de forma más estable.

Figura 3. Evolución de los valores medios de la concentración en nutrientes y clorofila en el Mar Menor en la  red de estaciones de muestreo distribuidas en el interior de la laguna.

 

 

Figura 4. Evolución temporal de la profundidad media de visibilidad del disco de Secchi (arriba) y del coeficiente de extinción de la luz (abajo), calculados en las zonas con más de 4 m de Profundidad.

 

En conjunto, la evolución positiva de la calidad de aguas lleva un cierto adelanto con respecto al año anterior, con valores de nutrientes y clorofila más bajos que los que se dieron en 2017 en estas fechas y con una profundidad de visibilidad del disco de Secchi que es mayor. Esta se sitúa ya en promedio alrededor de los 5 m.

Un aspecto a considerar es que la evolución positiva de los parámetros está teniendo lugar de forma más gradual y con menos fluctuaciones, lo que sugiere una mayor estabilidad y capacidad de amortiguación del sistema.

Conclusiones

Se mantiene la tendencia observada en el informe anterior. Debe mantenerse que el Mar Menor sigue en un equilibrio delicado, dando síntomas de capacidad de respuesta, recuperando progresivamente su capacidad de autorregulación. Ha recuperado los valores de salinidad y temperatura normales y valores bajos de nutrientes y clorofila. Los indicios de mayor capacidad de autorregulación y amortiguación de las fluctuaciones pueden ser una defensa contra la subida de las temperaturas de finales de primavera y verano, pero estas siguen siendo un riesgo de desestabilización importante. Dicho riesgo se verá algo reducido si se garantiza que no haya entrada de nutrientes que alimenten el sistema. Por ello sigue siendo muy urgente un plan de gestión de las aguas y de regulación no solo de vertidos, sino también de los niveles del freático. Habría que consensuar las medidas con los especialistas en hidrogeología, pero en nuestra opinión sería necesario reducir el nivel freático al menos entre 1.5 y 2 metros. Esto es especialmente importante si, como parece ser, se va a disponer de agua de trasvase para riego. Si los riegos o un evento de lluvias tienen lugar con un nivel freático alto, esto puede incidir en un incremento importante de las entradas de aguas superficiales o subsuperficiales cargadas en nutrientes. Es muy importante anticipar y prevenir dicha situación y afinar los cálculos en base al agua que se espera incorporar.

Las medidas recomendadas siguen siendo, por tanto, mantener una vigilancia extrema en los posibles vertidos, descargar el freático y establecer una red de infraestructuras que permitan la gestión y tratamiento de las aguas que se utilizan y se generan en la cuenca de drenaje con el fin de reducir al máximo las entradas regulares y los riesgos de vertidos incontrolados.

 

Facultad de Biología

Departamento de Ecología e Hidrología

Campus Universitario de Espinardo. 30100 Murcia

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